*Idi Amin, un aprendiz de Hitler*


Muchos ojos se abrieron cuando Giles Foden publicó por primera vez su novela en 1998 "The Last King of Scotland" (El Último Rey de Escocia). Foden, que se marchó a vivir a África desde Inglaterra cuando acababa de cumplir los cinco años de edad y creció parcialmente en Uganda, había querido escribir desde hacía tiempo una novela sobre el extraño y terrible régimen de Idi Amín. Al final, encontró una manera de cruzar el velo de la mitología que rodea a Amín y entrar en el círculo interno del mundo del dictador creando a un joven doctor de ficción que se convierte en amigo y confidente de Amín, para descubrir que se encuentra atrapado en un régimen que cada vez es más violento y que se encuentra fuera de control.

Idi Amín fue un gran líder, de esos pocos que se pueden llamar líderes, sin exaltación. Aprovechandosé de los eternos conflictos sudafricanos, este dirigente implantó un régimen que se mezclaba con las enseñanzas del antiguo Coran y una visión izquierdista y netamente antioccidental.

Fue famoso por su electrizante magnetismo, pese a que su brutal régimen causó medio millón de muertos en su propio país. Amín es un caso único; un antiguo boxeador y soldado que surgió literalmente de la nada, sedujo a un país con su vibrante orgullo y personalidad y que para muchos parecía ser la gran esperanza de convertir una Uganda recién independizada en una nación verdaderamente africana. Cuando llegó al poder en 1971 mediante un golpe de estado contra el corrupto y pro-comunista Milton Obote, Amín encontró el apoyo generalizado de los medios de comunicación y en todo el globo – el Ministerio de Asuntos Exteriores Británico le describió de forma optimista como “un tipo espléndido y un gran jugador de fútbol” -, hasta que empezó a verse que estaba asesinando a sus enemigos sin piedad y gobernando de acuerdo con sus propios estrafalarios gustos, sus “visiones” místicas y sus miedos paranoicos. (¿A quién les recuerda?)...

La peligrosa naturaleza de Amín emergió cuando empezó a abrazar un nacionalismo extremista, expulsando del país a 50.000 asiáticos, instigando la guerra contra sus países vecinos, ofreciendo ayuda en el secuestro de un Airbus de la compañía aérea Air France por miembros de la Organización para la Liberación de Palestina y creando las condiciones que condujeron a la muerte y desaparición de cientos de miles de ugandeses. Exilados de Uganda contaban historias que revolvían el estómago; de tortura, de crueldad de incluso rumores de canibalismo en las más altas instancias del gobierno. Esta dictadura del siglo XX, en las que paradógicamente sus esposas experimentaron sufrimientos reales dejaron de manifiesto que, en ocasiones, las primeras víctimas de un tirano son las mujeres que se encuentran cerca de él y sus propios descendientes...(¿A quién les recuerda?)...Sin ánimos de entrar en materia política. Se dice que Amin se destacó de los demás soldados de su época, en el pequeño batallón al que pertenecía debido a su gran estatúra (1.90 metros) y su corpulencia, se dice además que éste no brillaba por su inteligencia sino por su sentido práctico para intervenir en conflictos, demostró ser un recluta despiadado y muy útil para las necesidades de los británicos de esa época.

La dependencia de Uganda facilitó su ascenso. De la noche a la mañana, se convirió en el mayor de un ejército ugandés, formado por un millar de soldados y una treintena de oficiales británicos.

Torturas

Ese final no era el peor que podía acontecerle a cualquiera de las esposas de Amin. En agosto de 1974, Kay fue repudiada, pero ese paso legal no significó el final de sus desgracias. Poco después fue encontrada muerta y desmembrada en el interior de un automóvil. Al parecer, el cadáver había sido previamente introducido en el garaje de un médico para culparle del asesinato. El galeno, temiendo la tortura y la muerte, decidió suicidarse tras quitarles la vida a sus dos hijos.

En 1974, Mama Mariam sufrió un accidente automovilístico. Durante su convalecencia en el hospital, fue visitada por Idi Amin que la reprendió amargamente, achacando el incidente a su vida irresponsable. Ella estaba convencida de que los hombres de Amin habían intentado asesinarla y sabía que la próxima vez no sería tan afortunada. Huyó del país un paso que la salvó de la muerte y se reunió con su hermano Wanume Kibedi, un antiguo ministro de Asuntos Exteriores refugiado en Londres.

Nora, la tercera esposa, fue también repudiada, pero nunca se ha vuelto a saber de ella.

Marina
, la cuarta, fue objeto de repetidos maltratos por parte del dictador africano. En febrero de 1975, por ejemplo, a causa de una de estas palizas sufrió una fractura de mandíbula. Cinco meses después, Amin tomó una quinta esposa de 19 años, también llamada Sarah.


Sus esposas no fueron las únicas mujeres a las que Amin trató de manera innoble. Una de las maniobras más sucias del régimen fue la de propalar el rumor de que la princesa Elizabeth Bagaya, una diplomática excepcional, había sido sorprendida en el aeropuerto de Orly (Francia) manteniendo relaciones sexuales con "un europeo desconocido". Fue obligada a regresar a Uganda y encarcelada.

Vástagos

No fue mejor la situación de sus hijos. Tras jactarse de su número de descendientes lo que creía muestra de su virilidad, no parece haber mostrado un especial cariño hacia ellos. Incluso, la costumbre de llevar siempre consigo a uno de sus vástagos más pequeños obedecía a razones prácticas: una hechicera le había advertido de que corría el riesgo de ser asesinado si no lo hacía.

En realidad, no pasaba de ser un genocida a imagen y semejanza de Adolf Hitler, uno de sus ídolos reconocidos. Mientras colaboraba con el ataque árabe contra Israel en la guerra del Yom Kippur, decretó diversas medidas de carácter antisemita.

El país entró en una crisis económica, que no pudieron evitar los petrodólares de las naciones árabes amigas del dictador. En 1979 fue derrocado por una fuerza de invasión procedente de Tanzania, apoyada por disidentes ugandeses. Aunque Idi Amín dejó Uganda en 1979 para exilarse en Arabia Saudí y murió en 2003, su legado sigue resonando con gran fuerza en Uganda. Casi todos los ciudadanos del país cambiaron de algún modo bajo su régimen, así que al principio, los directores de está historia hecha película estrenada este 2007, estaba preocupado por las emociones y recuerdos que podían aflojar y que quizás no convendría tocar. Pero en su primer viaje a Uganda descubrió, para su sorpresa, que la gente local estaba deseando hablar de Amín; querían compartir sus historias y contar al mundo lo que había ocurrido en su país.

En conclusión, Africa en general ha sufrido debastadoras situaciones políticas, económicas, sociales, culturales y hasta de supervivencia. A reflexión, es bueno conocer la historia de un País que talvés veamos lejanos, pero algo que es cierto, es que a pesar de las distancias de miles de kilómetros, ningún País del mundo es blindado ante una situación de conflicto social de ésta magnitúd. Como un refrán muy conocido en el que "La enfermedad puede ser mejor que la cura". Para los que vivimos en países latinoamericanos, quienes tenemos la responsabilidad de buscar un mejor mañana para nuestro pueblo y nuestra gente, deben saber de que les hablo.

Personas del mundo que puedan leer esto, más que historia puede ser el reflejo de los años por venir, si seguimos tomando decisiones erradas, a la hora de buscar quien de frente por nosotros ante el mundo como máximo vocero del País. Sé que no tenemos la capacidad, ni un sexto sentido para adivinar el futuro, pero úsen la simple lógica. Si vivimos en un País con problemás de todo ámbito y tenemos un posible líder, que pueda solucionar esto y más.. por favor no voten por esa persona, de seguro es mentira. Aprendamos un poco de la historia política de cada uno de nuestros países y verán de que les hablo.

"Mas vale aquél que aunque haga poco, sea productivo y de valor, que aquél que acapara demasiado y deja todo a medias".



3 comentarios:

Anónimo dijo...

UN DICTADOR MAS AL IGUAL QUE TODOS LOS PAISES...

Anónimo dijo...

Entonces... ¿todos los países son dictadores? No entendí ese comentario del Anónimo.

En segundo lugar, ¿qué clase de estúpido pretende comparar al carnicero de Amin con HUGO CHÁVEZ? ¡No hay comparación, por ningún lado!

Carlos dijo...

El dijo que todos los dictadores son iguales

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